Los niños no aspiran a nada distinto de seguir el ejemplo de aquellos a quienes aman, para esto los adultos deben ser un modelo digno de imitar. Hay que recordar que los niños aprenden más de lo que ven que de lo que oyen, es esta medida amarán y respetarán tanto a los demás como lo hacen sus padres; si los padres continuamente critican, humillan o mienten, los niños crecen con una actitud semejante. 

Para que los niños sean optimistas, generosos y considerados, hay que mostrarles actitudes positivas.